El otoño es tiempo de introspección y de lecturas. Con el frío y los días más cortos, yo me enrosco en el sofá con un té y un buen libro, y dejo que me atrape la ficción.
En esta época del año, suelo comenzar también con la experimentación culinaria..., este año me he propuesto aprender a hacer pan (os tendré al tanto de mis progresos: la masa madre es un mundo complejo y apasionante).
En esta mañana soleada, he terminado mi té y, casi a la vez, el libro autobiográfico de Lucia Berlin, titulado Bienvenida a casa; este es el segundo libro que leo de esta autora norteamericana —oriunda de Alaska, por cierto—, y su lectura sugerente me ha motivado para escribir esta reseña.
Deciros que descubrí a esta escritora gracias al comentario de una de mis lectoras, en la plataforma de Internet donde suelo compartir mis escritos. La persona en cuestión me comentó que mi relato (Oberkampf) le había recordado a un cuento de Lucia Berlin, entonces, comencé la lectura de Manual para señoras de la limpieza, con avidez y sorpresa: es un libro que me ha acompañado todo el verano y cuya lectura ascendente os recomiendo (me fue empapando como lluvia fina).
Aunque no encontré similitudes entre la escritura de Lucia y la mía, sí me reconocí en el ambiente costumbrista de una de sus historias, la cual transcurre en una lavandería...
El estilo de esta escritora norteamericana resulta contundente; en sus relatos, recrea atmósferas desnudas y poéticas que, en ocasiones, pueden llegar a ser sórdidas..., aunque siempre francas. Posee una manera de narrar casi telegráfica, con abundancia de frases nominales y ausencia de verbos. El formato que utiliza es breve: relatos tajantes, extractos de su diario personal y cartas arrolladoras.
La temática predominante es de carácter autobiográfico: la búsqueda de la identidad como escritora y como madre; su problemática con el alcohol, las relaciones interpersonales (sus cuatros hijos y sus tres maridos), la superación, la recaída, el desarraigo y ese gusto exquisito por las referencias constantes a la naturaleza —los pájaros, las flores, el cielo siempre en consonancia con su estado de ánimo...—.
Tras la lectura dilatada en el tiempo de ambos libros, la sensación final que experimento es que no hay nada superfluo ni refinado en la escritura de Lucia Berlin, todo es..., digamos, integral (como la harina que uso para el pan, va con el salvado y el germen del cereal, con la aspereza que ello conlleva frente a la harina refinada, pero manteniendo su sabor originario y todos los nutrientes).
Admiro la personalidad de Lucia Berlin y su manera de observar y de registrar el mundo que le rodea. Dos recomendaciones jugosas, pues, para este otoño:
Manual para señoras de la limpieza y Bienvenida a casa (y en ese orden, a ser posible), os dejarán saciados —os lo aseguro— con un regusto intenso y aromático en la boca... y en alma.
Lucia Berlin, Manual para señoras de la limpieza, Madrid, Alfaguara, 2016.
Lucia Berlin, Bienvenida a casa, Madrid Alfaguara, 2019.
Saber más: Lucia Berlin, Mi relato "Oberkampf".
Saber más: Lucia Berlin, Mi relato "Oberkampf".
