Buenos días, lectores:
Hoy, he seleccionado un poema que me resulta entrañable y, a la vez, inquietante.
La protagonista es una señora mayor que vivía enfrente de mi casa, en París.
Diariamente, se asomaba al balcón para echar migas de pan y alimentar, así, a los pájaros que acudían a comer a sus pies.
Un día, me sorprendió verla haciéndolo desnuda. No sé si fue simplemente un descuido —quizá se le olvidó vertirse, lo cual implica un posible principio de alzheimer o demencia senil...— o si lo hizo a conciencia, como un acto de libertad, naturalismo o rebeldía.
En cualquier caso, su imagen me impactó profundamente y, a raíz de esa visión, escribí el poema.
CRESPIN DU GAST
La
abuela de edad ilimitada
desmigaja
pan
para
el desayuno de los gorriones.
Sale
al balcón y lo desparrama
sin
advertir
que
sus pechos están desnudos.
Lo he elegido precisamente hoy, porque en estos días de cautiverio creo que es importante saber que, desde nuestros balcones y ventanas, se puede inspirar a alguien y también llevar a cabo múltiples actos, como cantar, tocar un instrumento o como lo que hacía la abuela de mi poema: alimentar a los pájaros y, a la vez, mi imaginario personal.
Quiero mandarle desde aquí, un abrazo telemático a ella y a todos los que me acompañáis estos días, virtualmente. Espero que os encontréis bien, y también confío en que la protagonista de Crespin du Gast siga saliendo desnuda (o vestida) al balcón y continúe repartiendo migas a los gorriones, a diario: algo similar es lo que me propongo yo con mis poemas, confiando en que sirvan de alimento para el alma.
Posdata: El título del poema hace referencia al nombre de la calle donde yo vivía en París.
Sabed que Camille Crespin du Gast (1869-1942) fue la segunda mujer del mundo en competir en una carrera automovilística internacional, a su vez, fue aeronauta de globo, paracaidista, jugadora de esgrima, toboganista, entrenadora de caballos, concertista de piano y cantante... ¡Ahí es nada!😉
Saber más: Camille Crespin du Gast
Leer otros poemas : Un poema al día...: "Siempre Alfanhuí", Un poema al día: "Impresión en TGV
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Si no fuera porque Crespín du Gast ya había pasado a mejor vida, yo diría que su espíritu se había reencarnado en aquella anciana que aquella mañana se atrevió a desnudarse ante los pájaros, sin cohibirse por las silenciosas miradas de los vecinos. Un acto de valentía en la ciudad del arte y los clochards.
ResponderEliminarSí, valentía y, quizás despite. En cualquier caso fue un acto naturalista en contra todo convencionalismo. Muchas gracias por tu reflexión. ¡Vivan las abuelas del mundo!
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