Siempre Alfanhuí..., en mi cabeza —quiero decir—.
El título de este poema mío hace referencia a la fantástica obra de Rafael Sánchez Ferlosio, Industrias y Andanzas de Alfanhuí (1951); uno de los libros que leí en la infancia, que más me ha influido y maravillado.
Os invito, lectores, a que os asoméis cuanto antes al mundo onírico de Alfanhuí —si no lo habéis hecho aún—. Esa atmósfera de realismo mágico me subyugó de niña y puedo decir que, hoy en día, aún impregna mi obra poética.
Dibujo de portada, del propio autor (1951).
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Comienza el poema con la referencia a la mecedora (ese gran mueble-atracción de feria con el que pasábamos tan buenos ratos mi hermano y yo).
Había una mecedora en la salita de estar de mi antigua casa de Calatayud; era blanca lacada y tenía un asiento de lana, desmontable, tejido por mi madre; nosotros jugábamos a subirnos en ella, nos mecíamos..., levantábamos el asiento e imaginábamos que era la trampilla de una nave espacial... Era un mueble muy versátil y sugerente.
Creo que se encuentra, actualmente, en el granero de la casa del pueblo. Desde entonces, siempre he sentido debilidad por las mecedoras...
Hay otras referencias a la infancia, siempre como paraíso perdido y añorado: el búmeran, los balones desinflados, los gorriones...
Al perseguir estos objetos en robe de nuit —una prenda de vestir de adultos—, muestro que añoro los momentos felices de cuando era niña y, por ello, los persigo.
La estrofa final del poema, con la imagen de los pájaros en mi cabeza, es un guiño a un pasaje de Industrias y Andanzas de Alfanhuí.
Habrá que leerlo de nuevo, para desvelarlo.😉
Saber más: Alfanhuí, Industrias y andanzas de Alfanhuí
Leer otros poemas : Un poema al día: "Impresión en TGV, "Un poema al día...: "Pa-ludismo", Poemas de Eva Antón Bravo
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Confieso, para mi desgracia, no haber leído completo el libro de Rafael Sánchez Ferlosio (lo haré muy pronto), aunque él, como persona y escritor (leí siempre que pude sus artículos) me merecen más que respeto. El poema es un ensueño naif con un toque de surrealismo mullido y acariciante, como el vaivén de la mecedora .y el aleteo de gorriones en el pelo
ResponderEliminarUna lectura siempre sugerente, quizá lo relea yo (también). Muy bonitas tus palabras, son un estímulo. Muchas gracias por tu comentario.
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