¡Feliz día de San Jorge, lectores!
Hoy, tenía pensado estar presente en la feria del libro de Zaragoza, en lugar de ello, estoy aquí en mi casa escribiendo este artículo y he montado un semitenderete de libros gratuitos, "sobre el felpudo", en la puerta de mi casa.
¿Que no se ve el felpudo, decís? Es que es trasparente...
Si estáis por el pueblo y salís a pasear al perro, ya sabéis, podéis llevaros un librito de regalo. A los que no estáis cerca, he aquí mi poema diario, en compensación.
Ya sabéis, la literatura es la mejor medicina.
Abrazos literarios y sanadores. 👧
*Haz clic en la foto para obtener mayor nitidez, desde tu móvil.
BAJO
EL FELPUDO
Abro
la puerta oxidada
y
dejo pasar a los huéspedes
con
cuentagotas.
Descubro
que no son
ni
dañinos ni espectaculares,
solo
seres (asépticos) de dedos largos
con
efluvios de cebolla siria.
Penetro
en sus bocas
buscando
lenguas
y
los labios carnosos me succionan
arrastrándome
hasta el vientre.
Me
aferro a las paredes resbala-
dizas
pero mi cuerpo
va
menguando, poco a poco,
desdibujando
mi forma...:
hasta
llegar a disolverse
por
completo
dejando
un rastro
desleído
de
proteínas.
Eva Antón Bravo, Momento de una fuerza, (Soldesol, 2019).
Leer otros poemas: "Salle des profs", "Spleen", "Fecha de caducidad"
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