La palabra spleen proveniente del griego splên denota, en inglés, al órgano del bazo. En francés, spleen representa el estado de melancolía sin causa definida o de angustia vital de una persona.
Este término, que en español equivale al tedio, fue popularizado por el poeta Charles-Pierre Baudelaire (1821-1867) en su poema "Spleen" y en su libro de edición póstuma, Spleen de París (1869).
La conexión entre spleen (el bazo) y la melancolía parece provenir de la medicina griega y del concepto de los humores. Los griegos pensaban que el bazo segregaba la bilis negra y cuando esta sustancia se expandía por todo el cuerpo, lo contaminaba produciendo tedio y melancolía.
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Hoy en día, aunque estamos lejos ya de la teoría de los humores, el tedio del mundo sigue siendo un concepto muy presente. Lo hallamos en nuestra cotidianidad y así lo padece la protagonista de mi poema.
Algunos podréis ver en mi poema Spleen una referencia directa a la Metamorfosis de Kafka, con la aparición de ese bicho en la almohada, solo que el alter ego de Gregorio Samsa se ha trasmutado, en mi poema, en un marido en esquijama. ¿Igual de escalofriante? 😉
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Leer otros poemas: "Fecha de caducidad", "Teorema del límite", "El Saona"
(Si deseas adquirir cualquiera de mis poemarios, vía correo postal, mándame un correo electrónico a: esaquesisoyyo@gmail.com, con tu petición y lo recibirás, en cuanto sea posible 😊).
Hoy en día, aunque estamos lejos ya de la teoría de los humores, el tedio del mundo sigue siendo un concepto muy presente. Lo hallamos en nuestra cotidianidad y así lo padece la protagonista de mi poema.
Algunos podréis ver en mi poema Spleen una referencia directa a la Metamorfosis de Kafka, con la aparición de ese bicho en la almohada, solo que el alter ego de Gregorio Samsa se ha trasmutado, en mi poema, en un marido en esquijama. ¿Igual de escalofriante? 😉
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SPLEEN
Ella
gritaba, cada noche,
al
ver ese bicho oscuro en su almohada.
Abdomen
pronunciado, piel morena,
bolsas
en los ojos…
Arrepentida
de una elección errónea
—treinta
años atrás—,
los
ronquidos acompasados
ritmaban
su rutina.
Hastío,
soledad
y
tedio.
La
causa:
un
marido en esquijama.
Eva Antón Bravo, Camas de faquires (Uno editorial, 2015).
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Bonitos poemas Eva ,gracias.
ResponderEliminarGracias a ti. Es un placer compartirlos con vosotros.
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