Hoy, un poco de crítica hacia el culto al cuerpo, interno e interna, esta vez.
¿Qué placer podríamos experimentar si, en lugar de agujerearnos la nariz o las orejas, horadáramos uno de nuestros órganos internos?...
¿Realmente el piercing produce placer o es mera estética...?
He de reconocer que cuando era pequeña, encontraba muy placentero hacer agujeros con la perforadora de hojas de papel...
¿Qué tendrá el círculo y el agujero que nos resulta tan fascinante?
Ahí lo dejo, que hablen los agujereados...
Feliz día primaveral, lectores. Seguid jugando y perforando. 😉
*Haz clic en la foto para obtener mayor nitidez, desde tu móvil.
JUEGOS MALABARES
Con
un piercing
en el páncreas,
el
placer de digerir es sólo equiparable
al
de imaginarlo.
Leer otros poemas : Un poema al día...: "Bodegón", Un poema al día...: "Baile de disfraces", Un poema al día...: "Castillo de Marsannay"
Eva Antón Bravo, Camas de faquires, Albacete, Uno editorial, 2015.
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